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VITAMINA C - CONOCES LOS BENEFICIOS?

  • NUTRIMEDIC
  • 31 ene 2018
  • 14 Min. de lectura

El Dr. Robert F. Cathcart, conocido cirujano ortopedista y médico ortomolecular experto en vitamina C, ya decía hace años:

Aunque la industria farmacéutica se esfuerza por evitarlo a toda cosa, tenemos que forzar una investigación honesta para la utilización de dosis masivas de vitamina C para el tratamiento de enfermedades. Pese a controlar todas las comunicaciones anteriores, no pueden controlar Internet.

Si cada uno supiera sobre cómo utilizar dosis masivas del vitamina C oral e intravenosa, sería un desastre financiero para la industria farmacéutica. La pregunta es si el secreto de la vitamina C se puede seguir manteniendo, con Internet gritando la verdad en todo momento. Mantener este secreto está costando trillones de dólares y millones de vidas todos los años.

¿Cuáles son las propiedades de la Vitamina C?

La vitamina C es la vitamina estrella de los tratamientos ortomoleculares.

Durante la grave epidemia de gripe del año 1918, pandemia conocida como gripe española, varias personas de Pensilvania sin acceso a los servicios médicos solo pudieron recibir las acostumbradas infusiones de una hierba llamada Boneset (arreglahuesos), conocida como Eupatorium Perfoliatum. Esta planta ha sido usada tradicionalmente en los cuadros febriles agudos que se cursan con dolores óseos generalizados y es de las más consumidas en el este de los Estados Unidos. Hoy se sabe que muchas de estas personas sobrevivieron gracias a esta planta, la cual tiene una concentración de vitamina C extremadamente alta. La dosis diaria promedio de cada adulto era de 3 trazas, por lo que contenía cerca de treinta gramos de vitamina C. La dosis puede parecer excesiva, pero uno de los principios básicos de la Medicina Ortomolecular es la individualidad bioquímica. Esto significa que cada sujeto requiere dosis diferentes de nutrientes en lugar de los establecidos fijos. Los requerimientos diarios que se determinaron hace 50 años para esta vitamina no corresponden a las necesidades reales de los enfermos en la práctica.

Son varios los factores que cambian estos requerimientos, entre ellos están:

  1. La edad del individuo.

  2. Sus hábitos, tales como el tabaco y el consumo de alcohol.

  3. El sueño, especialmente cuando es provocado artificialmente.

  4. Los traumatismos.

  5. El umbral de excreción renal.

  6. El medio ambiente.

  7. El estrés psicológico.

Pero la principal razón de este error ha sido el desconocimiento de las muchas funciones que tiene la vitamina C. Cuando se fijaron los valores RDA (Recommended Dietary Allowances), solo se tuvo en cuenta su papel anti escorbuto, pero se ignoraba su acción como antioxidante y donador de electrones, así como otras funciones descubiertas después, siendo la principal su amplia y poderosa acción anti-estrés general.

Todos los animales, excepto el cerdo de Guinea, los murciélagos, algunos primates y el hombre, producen diariamente entre 3 y 11 gramos de vitamina C, cantidad 80 veces mayor que la dosis diaria establecida para los seres humanos.

La vitamina C se forma en el hígado y el riñón de la mayoría de los animales a partir de la glucosa. Su fórmula estructural es C6H8O6. Actúa como donador de electrones o receptor de oxígeno para estabilizar otra molécula, como por ejemplo el hierro, haciéndolo más soluble y mejorando su absorción.

En los seres humanos, se absorbe en el intestino para entrar a las células a través de los mismos receptores de la glucosa. Por eso, el consumo de dulces o carbohidratos simples, disminuye la absorción de vitamina C al competir por estos receptores.

Al ser tan similar a la glucosa y usar sus mismas vías bioquímicas, se produce un fenómeno curioso y a su vez importante: cuando necesitamos vitamina C, deseamos comidas dulces. Esto se debe a esta similaridad estructural, además porque al comerlos como la naturaleza lo planeó, los únicos dulces serían las frutas, las cuales aportan esta vitamina.

La producción de esta vitamina en los organismos, está relacionada con el nivel de estrés. Mientras en condiciones de calma, un ratón produce el equivalente de 1.8 a 4 gramos de ácido ascórbico diariamente, bajo estrés produce hasta 15.2 gramos. Desde el punto de vista bioquímico, uno de los componentes fundamentales del estrés, es el estado de óxido reducción alterado en los tejidos. Esta alteración está presente en casi todas las enfermedades, por eso cuando se utilizan dosis adecuadas de esta vitamina, se alteran notablemente el curso de muchas enfermedades. Muchos notables investigadores ya han señalado este beneficio.

El doctor Fred Klenner ha sido el pionero en el uso endovenoso de altas dosis de vitamina C, Fred Klenner descubrió que las infecciones virales agudas podrían curarse con ascorbato de sodio intravenoso en cantidades hasta de 200 gramos diarios. Irwin Stone destacó el potencial de la vitamina C en el tratamiento de muchas enfermedades, la incapacidad de humanos para sintetizar el ascorbato y el estado resultante de hipoascorbemia. Linus Pauling revisó la literatura sobre la vitamina C y emprendió la cruzada para divulgar sus usos médicos al público y la profesión médica. Ewan Cameron junto a Pauling ha mostrado la utilidad de ascorbato en el tratamiento del cáncer. La vitamina C es la Hormona del Estrés, faltante en los Humanos. (Stone).

Tanto la producción por el hígado y los riñones, como la tolerancia intestinal del ascorbato, están determinadas por el estado de óxido reducción de los tejidos y los líquidos corporales, o en otras palabras, por el estado de estrés bioquímico. Por estas razones, Stone se oponía a la denominación de vitamina, y la llamó la hormona del estrés faltante en los humanos.

La Anascorbemia y el Escorbuto Agudo Inducido

Hoy se sabe que ciertos síntomas están asociados una falta casi total de vitamina C. Estos son algunos de los problemas que pueden presentarse:

  • Infecciones.

  • Artritis reumatoidea u otros trastornos del colágeno.

  • Reacciones alérgicas a medicamentos y alimentos.

  • Infecciones crónicas como el herpes.

  • Fiebre reumática.

  • Escarlatina.

  • Trastornos de la coagulación.

  • Ataques cardíacos.

  • Traumas.

  • Hemorroides.

  • Flebitis.

  • Asma y otras alergias.

  • Varices.

  • Hernias.

  • Estrías.

  • Arrugas.

  • Desórdenes psiquiátricos.

  • Senilidad.

  • Cáncer.

Es difícil de pensar en una enfermedad que no involucre a los radicales libres.

Irwin Stone señaló que la mayoría de los animales tiene la capacidad de crear Vitamina C. Los primates desarrollados, perdieron la habilidad de sintetizarla hace aproximadamente 65 millones de años. Este defecto es debido a la pérdida de un gen para sintetizar la enzima hepática L-gulonolactona oxidasa, necesaria para el último en la creación del ascorbato a partir de la glucosa. Los animales que viven en la tierra con el hocico en las basuras, tomando aguas contaminadas y alimentos en descomposición, tienen una menor tasa de enfermedades que el ser humano porque tienen la protección que necesitan, ya que sus cuerpos producen ascorbato frente a condiciones de estrés como medio de detoxificación.

Ya que no podemos producir vitamina C en función de las circunstancias, vamos a ver que dosis sería la idal dependiendo del momento y la persona. Para alcanzar la dosis optima, se va aumentándola la dosis diaria de vitamina C a lo largo de las semanas hasta que se produce diarrea, momento en el que se detiene y se mantiene la dosis anterior a la diarrea. Con la gran variabilidad entre diferentes individuos se hace necesaria una forma de determinar las dosis y hacer los seguimientos. El doctor Cathcart desarrolló la técnica de la titulación intestinal, y ha manejado más de 20.000 pacientes durante 23 años usando este método para establecer la dosis individual de vitamina C. En cada paciente la toxicidad de su enfermedad determina la necesidad de vitamina C que sus tejidos necesitan. Una persona que puede tolerar 10 a 15 gramos diarios de ácido ascórbico oralmente en dosis divididas cuando está bien, podría poder tolerar 30 a 60 gramos al día si padece un resfriado leve, 100 gramos con un resfriado severo, y 200 gramos con mononucleosis o neumonía viral. A los niveles del umbral cerca de la tolerancia intestinal, el ácido ascórbico, mejora los síntomas y a menudo cura muchos trastornos normalizando el potencial de oxidoreducción de la pareja (el ascorbato / dehidroascorbato, AA/DHA) en los tejidos enfermos. En la gráfica 3 se aprecia las dosis que cada trastorno requiere según la tolerancia intestinal y su repartición en el tiempo. Se instruye al paciente sobre estos principios y se asignan estas cantidades como dosis de inicio.

Indicaciones:

Según la experiencia de Klenner y Cathcart podemos citar varias:

Fatiga crónica

La fatiga crónica era una enfermedad por sobreproducción de radicales libres, que dañan las mitocondrias. Cuando la molécula de vitamina C deja sus dos electrones extras para inactivar dos radicales libres, se recupera con dos electrones de la mitocondria. Si las mitocondrias se dañan y no pueden proporcionar estos electrones, la vitamina C se pierde rápida e irreversiblemente. Tomando dosis masivas de ascorbato, se evita esta pérdida, y este suministro continuado sustituye la incapacidad mitocondrial para proporcionar los electrones. La mayor función de las mitocondrias es proporcionar los electrones en forma de ATP a los músculos. Sin suficiente ATP para alimentar los músculos, se producirá fatiga. Las mitocondrias se dañan a causa de virus, bacterias (a veces bacterias de pared deficiente, o formas L), toxinas de hongos, sensibilidad a los químicos (incluso algunas drogas), reacciones alérgicas, etc., y una vez dañadas se convierten en la principal fuente de radicales libres. Esto ocasiona un círculo vicioso.

Hepatitis

Con el tratamiento las pruebas de laboratorio incluyendo las SGOT, SGPT y las bilirrubinas se normalizan de forma rápida. Morishige, un investigador japonés, ha demostrado la efectividad del ascorbato en la prevención de las hepatitis transfusional.

La Neumonía por Pneumocystis Carinii (NPC), causa inmediata más común de muerte en los pacientes de sida, se trata con cierta eficacia con una combinación de ascorbato y drogas del sulfa. De las complicaciones de Sida, la NPC es la que más fácilmente se trata con ascorbato. La debilidad severa, el malestar, la pérdida de peso, etc., típicos de la NPC ,son manifestaciones de anascorbemia debido a la rapidez con que este estado responde al ascorbato. El ascorbato, en combinación con el resto del protocolo del Sida, previene la mayoría de los ataques de NPC aguda. Normalmente pueden prevenirse los resfriados y otras enfermedades respiratorias que predisponen al desarrollo de NPC. Cathcart consideraba que los pacientes con NPC si se tratan temprano, normalmente pueden tratarse usando la tolerancia intestinal para dosificar el ascorbato junto a la sulfa apropiada, sin el peligro de reacciones alérgica a la sulfa.

“La mentira más grande, costosa y genocida de los siglos 20 y 21, es que no puedan curarse o mejorarse toda clase de enfermedades infecciosas con dosis masivas de vitamina C”.

Robert Cathcart

Traumas, Cirugías y Quemaduras

La capacidad de producción de ascorbato en los animales resalta su importancia en los casos de traumas y cirugías. Cualquiera que haya hecho cirugía veterinaria se impresiona por la rápida recuperación. Los dolores e inflamaciones por traumas, cirugías y quemaduras se reducen notablemente con dosis de tolerancia intestinal de ácido ascórbico. En los casos de trauma y cirugía, deben darse un mínimo de 6 dosis por día. Las quemaduras pueden requerir dosis cada hora. Las quemaduras severas, los traumas y las cirugías deben tratarse con ascorbato intravenoso. El efecto de ascorbato en los anestésicos debe estudiarse. Los barbitúricos y muchos narcóticos, deben evitarse cuando se usa ascorbato durante la cirugía debido a que este último bloquea su acción.

El Cáncer

La relación entre la vitamina C y el cáncer esta largamente documentada. Abraham Hoffer y Linus Pauling han destacado la exitosa experiencia del uso del ascorbato en el cáncer en más de 1.000 casos en su libro "Vitamin C & Cáncer". Uno de los aspectos que más preocupa hoy a los oncólogos es la angiogénesis, porque tanto la persistencia del tumor como la extensión de las metástasis dependen de este factor. El ascorbato, al reforzar la trama de colágeno e impedir la formación de nuevos vasos, ha mostrado una importante acción anti-angiogénesis. Hay que destacar la necesidad de administrar dosis diarias por encima de los doce gramos a estos pacientes, debido a que dosis inferiores parecen agravar el desarrollo de las metástasis. El Ascorbato junto con la vitamina E, el betacaroteno, el selenio, el dimetilsulfóxido y el ácido lipoico constituyen hoy las principales ortomoléculas en la prevención y control de este flagelo.

La vitamina C oral produce concentraciones plasmáticas estrictamente controladas. Solo la administración intravenosa de vitamina C produce concentraciones elevadas de plasma y orina que pueden tener actividad antitumoral. Debido a que la eficacia del tratamiento con vitamina C no puede juzgarse a partir de ensayos clínicos que usan solo dosis orales, se debe reevaluar el papel de la vitamina C en el tratamiento del cáncer.

La Vitamina C surgió por primera vez como herramienta para el tratamiento de cáncer en los años 1950. Su efecto en la producción y protección de colágeno condujo a la postulación de la hipótesis propuesta por varios científicos, la cual indica que la restitución de ascorbato, protege el tejido normal ante la invasión tumoral y metástasis. (McCormick, 1959; Cameron, et al., 1979). Debido a que los pacientes de cáncer frecuentemente presentan una deficiencia de Vitamina C (Hoffman, 1985; Riordan, et al., 2005), la suplementación con ésta, puede mejorar la función del sistema inmune y la salud y bienestar general del paciente. (Henson, et al., 1991). Cameron y Pauling observaron que el tratamiento con VCI en pacientes con cáncer terminal seguido de una suplementación oral, presentaban tiempos de supervivencia cuatro veces mayor que los no tratados. (Cameron & Pauling, 1976). Sin embargo, dos ensayos clínicos aleatorios realizados en la Clínica Mayo únicamente con ascorbato oral no mostraron beneficios. (Creagan, et al., 1979; Moertel, et al., 1985). A partir de entonces, la mayoría de investigaciones se han centrado en el tratamiento con ascorbato intravenoso. Las razones por las cuales se utilizan infusiones intravenosas de ascorbato para tratar el cáncer, se discuten a continuación en detalle:

• Concentraciones plasmáticas de ascorbato en el rango milimolar (mM) se pueden conseguir de forma segura con VCI.

• A concentraciones mM, la VC presenta toxicidad preferencial en las células cancerígenas in vitro; y es capaz de inhibir angiogénesis in vivo e in vitro.

• La VC se acumula en los tejidos tumorales, donde produce una significante inhibición del crecimiento. Este efecto se ha observado en cobayas a concentraciones intratumorales ≥ 1 mM.

• Los estudios de caso publicados, reportan eficacia anticáncer, mejora en el bienestar del paciente y disminución de los marcadores de inflamación y de crecimiento tumoral.

• Estudios clínicos de fase I indican que la VCI se puede administrar de manera segura con relativamente pocos efectos adversos.

Citotoxicidad producida por la formación de peróxido

A concentraciones fisiológicas normales (0.1 mM), la VC actúa como un antioxidante soluble en agua (Geeraert, 2012). Sin embargo a concentraciones de 1 mM, logradas con VCI, el ciclo rédox se ve alterado con la formación de peróxido de hidrógeno, que presenta una toxicidad selectiva en las células tumorales, produciendo autofagia y apoptosis. (Benade, et al., 1969; Riordan, et al., 1995; Casciari, et al., 2001; Chen, et al., 2005; Frei & Lawson, 2008).

Inhibición de la angiogénesis

La angiogénesis tumoral, es considerada como un paso crítico en el crecimiento tumoral y metástasis. Distintos reportes literarios sugieren que el efecto del ascorbato en la síntesis de colágeno puede inhibir la formación de nueva vasculatura (Ashino, et al., 2003); que puede tener efecto en el factor de inducción de hipoxia y que puede inhibir genes necesarios para la angiogénesis (Berlin, et al., 2009; Page, et al., 2007).

Investigadores de la Clínica Riordan también han evaluado la inhibición de angiogénesis utilizando cuatro modelos experimentales distintos. Los resu lt a do s d em uest ran a n giog é nes is a conc en trac i on es de ascor ba to d e 1 to 10 mM (Mikirova, et al., 2008; Mikirova, et al, 2012. Figuras 9A y 9B). • El crecimiento de nuevos micro vasos a partir de anillos aórticos ex vivo, es inhibido a concentraciones ≥ 5 mM.

• El ascorbato inhibe la formación de túbulos endoteliales en Matrigel de manera dependiente a la concentración utilizada. El número de túbulos intactos disminuye un 50% a concentraciones = 11 mM en células endoteliales progenitoras y a 17 mM en células HUVEC.

• La tasa a la cual las células endoteliales pueden migrar en una placa Petri y rellenar los espacios vacíos se reduce al utilizar una concentración de 5.7 mM. El ascorbato también reduce la producción de ATP en células endoteliales en un 20%. La viabilidad celular no se ve afectada.

• Cuando se implantaron tapones de Matrigel subcutáneamente en ratones, la densidad de micro vasos se redujo significativamente en ratones tratados con 430 mg/kg cada dos días durante dos semanas.

En experimentos con modelos animales y en experimentos clínicos, las dosis elevadas de ascorbato han mostrado eficacia ante el crecimiento tumoral. Este beneficio puede representar un sinergismo terapéutico debido a la inhibición de angiogénesis y citotoxicidad entre otras. Modulación de la inflamación El análisis de datos clínicos de la Clínica Riordan, sugiere que la inflamación es un problema que afecta a pacientes de cáncer y que puede ser disminuido con VCI (Mikirova, et al., 2012).

La proteína reactiva C, se ha utilizado como marcador de inflamación. De acuerdo a previas publicaciones, niveles elevados de proteína C están correlacionados con una prognosis pobre (St. Sauver, et al., 2009). En los datos analizados, más del 60% de los pacientes de cáncer presentaron niveles > 10 mg/L, antes de iniciar la terapia con VCI. Los niveles se redujeron en 13% de los pacientes.

Existen criterios de inclusión y exclusión descritos en el PROTOCOLO DE RIORDAN, que deberán considerarse para los demás pacientes según su antecedente.

El Herpes

Las infecciones por herpes tienen un notorio alivio con dosis masivas de ascorbato. Combinar el ácido ascórbico con zinc y lisina, mejora la eficacia de esta terapia. En los herpes crónicos, el ascorbato intravenoso es muy beneficioso.

Síndrome de Muerte Infantil Súbita

Kalokerinos y Klenner consideran que estas muertes se deben a una deficiencia súbita de ascorbato. Este escorbuto inducido ocurre más probablemente cuando la dieta es pobre en vitamina C. Todos los factores preliminales de este trastorno se asocian a un bajo consumo de vitamina C.

La evidencia clínica indica que las dosis masivas de ascorbato, de 50 a 200 gramos en 24 horas, pueden suprimir los síntomas de la enfermedad y pueden reducir la notablemente la tendencia a infecciones secundarias. El ascorbato en altas concentraciones reduce el NAD(P) ,y por consiguiente puede proporcionar electrones de alta energía necesarios reducir el oxígeno molecular usado en la cadena respiratoria de fagocitos. Esta es una función determinante en la recuperación inmunológica.

La Litiasis Renal

La principal complicación que se ha atribuido a la vitamina C, ha sido la formación de cálculos renales, debido a la formación de oxalato y a su excreción aumentada en la orina. Hasta la fecha no se ha descubierto ni publicado ningún caso. Cathcart en su experiencia de más de 23.000 pacientes, no informa de ninguno, al contrario, cita pacientes que al ser tratados con dosis masivas de Vitamina C para otra dolencia, han dejado de tener estos síntomas. Las infecciones urinarias agudas y crónicas, a menudo son eliminadas.

La Enfermedad Coronaria y la Hipercolesterolemia

En 1941, el cardiólogo canadiense J. C. Patterson, reportó que más del 80% de sus pacientes con enfermedad coronaria tenía bajos niveles sanguíneos de vitamina C. EL Dr. G. C. Willis en 1955, demostró que la suplementación de vitamina C reduce los depósitos arteriales de placa.

Son muchas las observaciones sobre el valor de la vitamina C en este trastorno. Linus Pauling cita los siguientes hechos:

  • Más del 80 % de los pacientes con enfermedad coronaria tienen deficiencia de vitamina C.

  • La suplementación de vitamina C reduce los depósitos de placa en las arterias.

  • Los animales que producen vitamina C no sufren la enfermedad coronaria, que mata a los humanos.

  • El cerdo de Guinea que no produce vitamina C, sufre del mismo tipo de lesiones vasculares que causa el infarto en los humanos.

  • En 1970, Linus Pauling publicó su primer libro sobre la vitamina C. Por esto, en esos años, el consumo de esta vitamina en los Estados Unidos se incrementó en un 300%. La mortalidad por enfermedad cardiaca disminuyó un 30% solamente en este país. No se ha documentado otro cambio sustancial en la dieta de los norteamericanos que justifique esto. En 1989, los doctores Linus Pauling y Mathias Rath, descubrieron que las megadosis de vitamina C previenen el depósito de lipoproteína A en las paredes arteriales. En 1991 publicaron "La solución al acertijo de la enfermedad cardiovascular humana", donde integran varias observaciones que indican que la causa primaria de la enfermedad coronaria es la deficiencia de vitamina C, que debilita la pared arterial de colágeno.

La quimioterapia y la radiación son estándares. La mitad de pacientes de cáncer tratados con estas terapias fallece por una recaída pocos años más tarde. ¿Podemos mejorar estas terapias? El Dr. Abram Hoffer, MD, PhD, un médico que había ganado su PhD en vitaminas, y autor de "la vitamina C y el cáncer", eligió dieta y las vitaminas para combatir el debilitamiento causado por las terapias habituales. Uno de los primeros pacientes de Hoffer, había sufrido una cirugía pancreática. Su doctor no le ofreció ninguna esperanza, pero ella tenía esperanza. Hoffer le dio vitamina C en dosis de 35.000 mg/día, más otros suplementos. Siete meses después de comenzar el tratamiento, una exploración de CT (tomografía computada de rayos x), no mostró ninguna muestra del cáncer. Cinco años más tarde, ella disminuyó la dosis diaria de la vitamina C. Veinte años después de su terrible pronóstico, la mujer tenía 79 años y ni rastro del cáncer pancreático. La sociedad del cáncer americana divulga que los 96% de pacientes pancreáticos del cáncer mueren en el plazo de cinco años.

BIBLIOGRAFÍA

http://www.medicina-ortomolecular.es/index.php?page=victamina-c

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15068981

https://riordanclinic.org/wp-content/uploads/2015/11/RiordanIVCprotocol_sp.pdf

 
 
 

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